El escultor, muy prolífico, creativo y autodidacta, es uno de los artistas españoles con más proyección internacional; creando piezas decorativas, perfectamente equilibradas, y arrasando en cada exposición, como las que ha organizado en Capri, Miami o Zúrich, entre otras muchas ciudades. No hay frontera entre la noche y el día para dedicarse a lo que mas le gusta: recrear la naturaleza en sus obras de hierro, latón o acero corten, que pueden llegar a pesar más de ochocientos kilos.
Su vena artística le viene de familia. Su madre, Marta Pastega Benjumea, fue la florista de las bodas de la infanta Elena con Jaime de Marichalar y de los entonces príncipes de Asturias.